¡Por fin! “First Love” de Takashi Miike debió estrenarse en España a principios de 2020, pero la pandemia hizo que su visionado se retrasara hasta este pasado mes de julio. Creo que todos los aficionados al cine asiático esperábamos su nuevo largometraje y a buen seguro no defraudará a nadie porque pocos regidores son capaces de producir con tanto dinamismo cintas de acción pulp.
“First love” es un thriller de enredo con trazas de comedia negra donde el maestro nipón juega con sus habituales motivaciones, aquellas con las que ha edificado su prolífica carrera: la venganza, la traición, la codicia, el honor y la muerte. Bases con las que ha experimentado profundamente a lo largo de los años, pues “First Love” es su filme ¡número 103! Sí, has leído bien, 103 películas tiene en su haber el incombustible Miike, entre ellas algunas tan espectaculares como “13 asesinos”, “Hara-kiri: Muerte de un samurái”, “Cementerio Yakuza” o “Ichi the Killer”.
En esta ocasión también incorpora el amor, fundamental en cualquier creación artística. Pero que nadie espere una historia a lo Romeo y Julieta, ya que Takashi Miike tiene otra idea de lo que es el romanticismo, más retorcido, esencial y traumático.

Un paseo por los bajos fondos de Japón
Casi toda su historia transcurre durante una sola noche en la ciudad de Tokio. Un clan yakuza y las tríadas chinas están a punto de entrar en guerra. Kase (Shôta Sometani), un codicioso yakuza, convence a Otomo (Sansei Shiomi), un corrupto inspector de policía, para robar un cargamento de drogas de su propia banda. Pero su plan sale peor que mal, cometiendo una espiral de asesinatos y apuntando a los chinos como los responsables del desastre que han provocado.
Así, un montón de estrafalarios gánsteres comienzan a perseguirse mutuamente al tiempo que buscan el goloso botín. Y ya de paso involucran a Leo (Masataka Kubota), un boxeador al que acaban de detectar un tumor cerebral, y Mónica (Sakurako Konishi), una prostituta drogadicta, quienes únicamente se encontraban en el lugar inapropiado en el momento inoportuno.

Un cita que nunca olvidarán
Ambos pasan una especie de primera cita huyendo de sicarios a sueldo, esquivando balas y enfrentándose a sus temores más profundos. Con un ritmo constante, cuidadas coreografías de acción y toques de humor surrealista, “First Love” va tejiendo un trepidante nudo que finaliza en un cruento clímax que tiene lugar dentro de una inmensa ferretería, convertida ahora más bien en una carnicería…
No falta a la cita un duelo de espadas y todo finaliza al amanecer con una extraña secuencia animada, probablemente porque Takashi Miike no tenía el presupuesto necesario para realizarla en acción real, que encantará a algunos por su espíritu manga y desconcentrará a los más tradicionales. “La luz de la mañana no conviene a los malvados”, indica el villano de turno, mientras el espectador aún digiere su contenido más humanista y se limpia las manchas de sangre de la ropa.

Violencia pero con mucha humanidad
Y es que a pesar de su violencia y su estética afterpunk, “First Love” alberga un poso sentimental al comprender cómo la pareja protagonista termina complementándose el uno al otro. Ya sea por la casualidad o el unmei (destino en japonés), sus caminos se cruzan y Leo, casi mirando a la muerte a los ojos, se da cuenta de la carencia que le ha marcado durante toda su vida: alguien por quien vivir, alguien por quien luchar. Y si Mónica humaniza a Leo, este hace lo propio con una mujer atormentada que ve su sacrificio como el apoyo psicológico que tanto necesitaba para dejar las drogas y reconciliarse consigo misma.
En definitiva, “First Love” es una película que fusiona la comedia romántica con elementos clásicos del cine de mafiosos. A más de uno le recordará algunas obras de Quentin Tarantino o Guy Ritchie, pero tras su envoltorio sanguinolento se esconde una profundidad emocional que indaga en la importancia de los demás, de los seres queridos y del amor, para dar sentido a la vida.